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sábado, mayo 09, 2009
César Manrique
Biografía
César Manrique (1919-1992) nació en Arrecife, Lanzarote, isla en la que su trayectoria artística ha dejado huellas imborrables.
Tras finalizar sus estudios en la Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid (ciudad en la que vivió entre 1945 y 1964), expone con frecuencia su pintura tanto dentro como fuera de España. Participa en la XXVIII y XXX Bienal de Venecia (1955 y 1960) y en la III Bienal Hispanoamericana de La Habana (1955). En la primera mitad de los cincuenta, se adentra en el arte no figurativo e investiga las cualidades de la materia hasta convertirla en la protagonista esencial de sus composiciones a partir de 1959. Se vincula así —al igual que otros pintores españoles como Antoni Tàpies, Lucio Muñoz, Manuel Millares...— al movimiento informalista de esos años.
Viaja por diversas partes del mundo y, en 1964, se traslada a vivir a Nueva York. El conocimiento directo del expresionismo abstracto americano, del arte pop, la nueva escultura y el arte cinético, le proporcionó una cultura visual fundamental para su trayectoria creativa posterior. En Nueva York, expuso individualmente en tres ocasiones —en 1966, 1967 y 1969— en la galería Catherine Viviano.
En 1966, regresa de manera definitiva a Lanzarote. En la isla, que iniciaba entonces su desarrollo turístico, promueve un modelo de intervención en el territorio en claves de sostenibilidad que procuraba salvaguardar el patrimonio natural y cultural insular; modelo que fue determinante en la declaración de Lanzarote como Reserva de la Biosfera por la UNESCO en 1993.
Paralelamente al compromiso con el territorio insular, Manrique abrió su trabajo creativo hacia otras manifestaciones artísticas. Así, elaboró un nuevo ideario estético, al que denominó arte-naturaleza/naturaleza-arte, que pudo concretar en sus obras paisajísticas, un ejemplo singular de arte público en España: Jameos del Agua, su casa de Tahíche —hoy sede de la Fundación César Manrique—, Mirador del Río, Jardín de Cactus, etc.
Los trabajos suponen la incorporación de un nuevo plano paisajístico a Lanzarote, producido desde la estética artística, pero también desde una propuesta turística singular que tuvo una incidencia económica notable en la vida insular. Este funcionalismo económico y social del arte de Manrique es inédito en la cultura plástica española.
Además de sus intervenciones en Lanzarote, ideó diferentes propuestas en otras islas —Costa Martiánez, (Puerto de la Cruz, Tenerife); Mirador de El Palmarejo (La Gomera); Mirador de La Peña (El Hierro)—. Fuera del archipiélago canario, diseñó el Parque Marítimo del Mediterráneo (Ceuta), el Centro comercial Madrid-2 La Vaguada (Madrid), etc. Son intervenciones, obra pública fundamentalmente, —miradores, jardines, acondicionamientos de espacios degradados, reformas del litoral...—, en las que se mantiene un diálogo respetuoso con el medio natural, integra diversas artes desde una perspectiva funcional, y se ponen en relación valores arquitectónicos de la tradición local con concepciones modernas.
Cultivador de diversos lenguajes creativos —pintura, escultura, urbanismo, arte público...— subyace en el conjunto de su producción artística una manifiesta voluntad de integración con el entorno. Propósito sincrético y totalizador —arte total, en sus palabras— que hizo explícito en sus diseños de espacios públicos. Un esfuerzo de armonización, en definitiva, que no sólo hace referencia a su pasión por la belleza, sino también por la vida.
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