Buen día

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domingo, noviembre 01, 2009

Los Finaos

Celebración ancestral de Los Finados. Con la palabra “Finaos”, que en realidad es Finados que significa: "persona muerta" o "difunto", se hace referencia en muchos sitios de nuestras ocho Islas Canarias, a una fiesta popular que se celebraba la víspera del día de todos los santos, el 1 de noviembre, una tradición arraigada desde hace siglos en nuestro pueblo, una tradición de gran valor que no debemos perder, en favor de otros ritos importados que nada tienen que ver con lo que nuestros antepasados hacían y que está siendo desplazada, todo ello irremediablemente, apoyado por el marketing y la publicidad que se crea a su alrededor, con las calabazas, los monstruos, las velas, etc., y con la colaboración de los padres, maestros y gobernantes por una fiesta de mascaritas de terror, de importación, denominada Halloween.

La tradición de los finados, era eminentemente familiar, donde se reunía toda la familia y en muchos pueblos, de nuestro archipiélago canario.

El día de los finados se celebraba el 2 de noviembre. La víspera de ese día, la mujer de mayor edad de cada familia recordaba a los muertos, familiares y conocidos, los finados que habían llegado a su fin. «La madre o la abuela contaba anécdotas de los finados, de la familia, y los hacía presentes con sus palabras y vivencias», eran verdaderas manifestaciones de fe religiosa y de rituales surgidos en el andar de los siglos y en el espíritu de nuestros pueblos.

Mientras tanto, se compartía una comida moderada a base de nueces, castañas, almendras y manzanas del país, acompañadas de vino dulce o anís, principalmente, y en los sitios de cubre, con ron miel, por las gélidas temperaturas de la estación otoñal.

Luego, se salía a la calle y la celebración superaba el ámbito de la familia y se trasladaba el rito a la calle, con los ranchos de ánimas, que rondaban el pueblo o el barrio, según se tratase, al son de malagueñas, o de algún otro tipo de canto sosegado.

La tradición sólo queda ya principalmente, en algunos municipios como: Valsequillo de Gran Canaria, Vega de San Mateo, Villa de Teror, Villa de Agüimes o San Nicolás de Tolentino.

Era costumbre, en otros pueblos, de prepararse con antelación, haciendo la matanza del cochino y el amasijo del pan, para esto invitaban a almorzar, a los familiares y vecinos más cercanos.

Por la tarde, se llenaban las morcillas con gran jolgorio, cuyos ingredientes eran almendras, batatas, bizcocho, condimentos y parte de la sangre del animal, al finalizar, se repartían entre los invitados.

En otros lugares de nuestras islas, al llegar el día de los finados, los más pequeños cogían una talega e iban visitando las casas pidiendo los santos.

Tocaban en las puertas y preguntaban: ¿hay santos?, La dueña decía que sí, y depositaban en la talega: almendras, nueces, higos pasados y castañas. Cuando las llenaban volvían a casa muy contentos, para compartirlas entre sus familiares y amigos.

En otros pueblos, por la noche se celebraban los bailes de Taifas, muy esperados por los jóvenes, pues en ellos se encontraban las parejas.

Empezaban a las nueve y terminaban a las doce, pues había que respetar el día de los difuntos, que se celebraba al día siguiente.

Pues bien, en los últimos años, este acervo cultural milenario está desapareciendo, aquí, en nuestras Islas Canarias, fruto de la parte más negativa de la globalización que hace todo lo posible por crear un pensamiento único, y no sólo económico, al servicio de una gran nación, un sistema, una cultura y un idioma.

Hoy podemos ver en los colegios, en los institutos, en las calles, en discotecas, en los barrios, lugares de residencia o comunidades de vecinos, cómo, sin saber por qué y a qué responde, cada vez un mayor número de personas celebra el dichoso Halloween.

Tal vez, muy pocas personas, sepan que el Halloween, es una costumbre celta, que fue popularizada en EEUU, por los irlandeses en la segunda mitad del siglo XIX y que comenzó a celebrarse en forma masiva en 1921, donde se realizo el primer desfile de Halloween en Minnesota y que ahora se nos van imponiendo aquí cada vez, a un ritmo más vertiginoso, siguiendo las pautas de la televisión, el cine americano y el acoso a la diversidad.

La base de estas celebraciones, está en que el paso del, 31 de Octubre, al 1 de Noviembre, la línea que separa el mundo de los vivos y el mundo de los muertos, esta más débil que en otras fechas, y estos dos mundos se entremezclan.

El origen de la fiesta de Halloween, se encuentra mucho tiempo atrás, en la celebración celta del Samhain, que se hacía en las islas británicas y en la Bretaña francesa, lugares donde la cultura celta tuvo más fuerza, donde hallamos una mezcla de paganismo y cristianismo.

Es el día en que comienza el invierno para los celtas, para ellos el año se dividía en dos partes, verano e invierno. Esta celebración cerraba la época de la cosecha y acababa con la fiesta de los muertos, inicio del año nuevo celta. La tradición dice que al comienzo del invierno, la frontera que separa este mundo del Otro (el que entenderíamos desde aquí como mundo de los muertos) se debilita, facilitando los contactos entre ambos mundos. La barrera recibe el nombre del Escudo de Lugh, el dios solar, y la tradición puede tener que ver con que, de hecho, al principio del invierno el día y la noche parecen estar más cercanos, y también el sol parece más débil, su calor se siente menos… así que se explica que su Escudo sea igualmente más débil.

Según las creencias celtas, el Otro Mundo y éste no son tan diferentes y cumplen una función cíclica. Uno muere en este mundo para nacer en el Otro, y cuando muera allí, nacerá una nueva criatura en éste. La muerte es símbolo de vida, pues es necesaria para que ésta exista, y tampoco puede entenderse la vida sin una muerte posterior. Así, en el día de Halloween (Samhain para los celtas) recordarían a los muertos y celebrarían la muerte como continuidad de la vida, no como su fin.

Parece que, tras la invasión de las Islas Británicas por los romanos (46 a.C.), esta festividad de los druidas celtas (sus sacerdotes), fue adoptada por los invasores, que contribuyeron a propagarla por el resto del mundo. La palabra "Halloween" procede de una contracción de All Hallows´ Eve, o Víspera de Todos los Santos (1 de noviembre), que es el día en el que la Iglesia Católica honra a todos los santos.

Los druidas celtas (sus sacerdotes), se vestían de forma especial para la ocasión, posiblemente representando así a los ancestros que vendrían a entregar mensajes a los vivos. De aquí habríamos sacado la actual costumbre de disfrazarse en Halloween. También era costumbre habitual que la gente realizara ofrendas depositando comida, o plantas en cestas delante de las casas, lo que podría llevarnos a la costumbre de hoy de entregar golosinas a los niños… y por último, otra característica actual del Halloween, como es el uso de calabazas iluminadas con velas, también tendría su explicación en la cultura celta, que acostumbraba a encender velas en el interior de cráneos de sus antepasados, representando así la vida latente en su interior.
Siento una enorme impotencia, ante esta colonización cultural que va matando nuestras tradiciones y nos invade, poco a poco, donde cada día vemos como un mayor número de personas se apuntan a celebrar esta fiesta, con modos de vida que nada tienen que ver con nuestra cultura, historia e identidad.

Desde esta plataforma tricontinental, puerta sur de entrada a Europa, tenemos el deber de seguir desarrollándonos como un lugar de encuentro de todos los pueblos en el Atlántico, preservando y enriqueciendo nuestro patrimonio, pero nunca destruir o cambiar el mismo, por algo para nada identificativos, con nuestra identidad.

F.J.C. Munguía