Buen día

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domingo, agosto 09, 2009

Néstor Álamo Nuestro Néstor


NESTOR ALAMO HERNANDEZ

( 1906-1991)


Este escritor y compositor nació en Santa María de Guía (Gran Canaria) en 1906. Está considerado por algunos como el padre de la canción de autor de Canarias. Llegó a ser académico de la Real Academia de la Historia. Autodidacta en muchas ramas de las artes y el saber, de su pluma han salido títulos como “Isla mía”, “Maspalomas y tu” “Adios Canaria querida” “Sombra del Nublo”…



Sombra del Nublo es una de sus más conocidas canciones, y que se considera como un himno a Gran Canaria.






Sombra del Nublo,


Riscales los de Tejeda,
Cadena de mis montañas,
Montañas las de mi tierra.

Besos de mujer canaria,
Queso tierno y recental,
Vino caliente de abajo,
El gofio moreno oliendo,
¡qué mas puedo desear!
El agua por el barranco
Y mi amor en el telar,
El agua por el barranco
Y mi amor en el telar.

Sombra del Nublo
Altar de mi tierra amada,
Hay nieve y sol en la Cumbre,
Cumbre de mi Gran Canaria.

Roque Nublo, Roque Nublo;
Lírica piedra lunar.
Si a tu sombra yo he nacido,
Quiero vivir a tu sombra
Y a tu sombra quiero amar.
El alma eres de mi tierra,
Fuego y lava junto al mar.
El alma eres de mi tierra
Fuego y lava junto al mar.



Este viernes, la que fuera la casa de Néstor Álamo, se ha convertido en museo después de diez años de que se gestara la idea. Parte del legado del polifacético artista y compositor podrá visitarse en la casa en la nació el autor de Sombras del Nublo, que se ha convertido en un moderno museo de la historia de la música canaria.

El museo está compuesto por una serie de paneles explicativos, instrumentos musicales o, incluso, un karaoke, todos ellos parte del atractivo que ofrece este nuevo punto cultural, que el ayuntamiento de Santa María de Guía, en Gran Canaria, espera que se convierta en un referente turístico.

Néstor Álamo nació allí por pura casualidad, porque sus progenitores vivían en una casa de la calle del Agua. Era costumbre en la época que la parturienta se trasladara a la casa de sus padres en los últimos días del embarazo. Lo mismo ocurrió con Domingo Ribero que, viviendo en Guía, su madre se trasladó a Arucas para hacer venir al mundo al que ya de mayor y andando el tiempo sería un gran poeta que nunca renuncio a su procedencia guiense. Y es curioso que Néstor, que fue investigador de parte de la historia de Canarias, nació en una casa tenida como de las más antiguas que se conservan en Guía construida en 1687 por el entonces capitán Antonio Díaz Bilbao que fue el fundador de la llamada capilla del Calvario de aquella iglesia. A partir de Díaz Bilbao la casona tuvo varios propietarios y andando el tiempo pasó a ser de Anselmo Bautista Quintana, una de cuyas hijas, Delfina Bautista Gordillo, casó con Virgilio Hernández Bethencourt y de cuyo matrimonio nació Clorinda, la madre de Néstor, que casada con Salustiano Álamo trajo al mundo entre otros hijos al que fue bautizado con los nombres de Néstor, Alejandro, Baldomero, Leandro.


De Néstor Álamo se sabe casi todo, por lo que no vamos a extendernos. Digamos, no obstante, que dedicó un tiempo, al principio de su encauzamiento como escritor e investigador, a su ciudad natal. Él y unos jóvenes guienses sacaron a la luz el semanario La Voz del Norte (1931-1932). Publicó también en los diarios de entonces sus trabajos sobre Del juzgado y otras noticias y la edición y comentarios de la Oda a un carnero parido del poeta Bento, además de Papeles de Aldo Sortini, unas páginas autobiográficas en las que Guía aparece con el nombre de Tamara. En su labor en El Museo Canario, allá por los años treinta, destaca la primera ordenación de los archivos de la Inquisición y fue el creador, en tiempos de Matías Vega, de la Casa de Colón. Recordemos igualmente su participación en la puesta en marcha del desaparecido Grupo de Bibliófilos de Gran Canaria.



Un parentesco legajo por la vía paterna que sin embargo el trato recíproco de ambas familias cultivó durante mucho tiempo, nos liga a Néstor Álamo. Del matrimonio de un Antonio del Álamo casado en Agaete con María Álvarez nacieron tres hijos: del primero, llamado José, nada sabemos; el segundo, Victorino, que fue abuelo de mi padre y por tanto mi bisabuelo, y un tercero llamado Juan que fue el bisabuelo de Néstor. Victorino -que la voz popular transformó en Vitorino- y Juan casaron en Guía y con sus matrimonios se crearon dos familias cuyo apellido nos une. Estos dos Álamo -de los que procedemos Néstor y yo- son descendientes de aquel primer Del Álamo que llegó a Agaete procedente de Tenerife sobre 1630 y que caso allí con Francisca Díaz Pérez Macías, de cuyo matrimonio proceden todos los Álamo, de distintas ramas pero de un mismo tronco, que existen en Gran Canaria. El Álamo llegado a Agaete desde Tenerife procedía también del primero de este apellido -el portugués Melchor del Álamo casado en Icod Alto con Catalina Barroso- arribado a la isla vecina a mediados del siglo XVI, de quien descendía igualmente el arcediano de Fuerteventura, que fue hijo de Gabriel del Álamo y Viera y de Antonia María Clavijo Álvarez. El historiador, en virtud de la práctica habitual hasta 1760 en que se promulga la ley del Registro y del Notariado, escogió el segundo apellido de su padre como el primero suyo y el primero de su madre como segundo. Así en lugar de llamarse José del Álamo y Viera optó por hacerse llamar José de Viera y Clavijo.



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