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miércoles, julio 22, 2009
Canarias enclave estratégico
La ULPGC Investiga
EL MEDITERRÁNEO ESTÁ EN CANARIAS
¿Quiénes eran los primeros habitantes del Archipiélago Canario? ¿De dónde llegaron? ¿Cómo colonizaron las islas? Hasta hace muy poco tiempo estas preguntas no tenían una respuesta adecuada ya que sólo se contaba con alguna hipótesis que afirmaba la sucesiva recalada en las islas de oleadas de población. Sin embargo, investigadores integrados en el G9, un grupo de investigación constituido en la ULPGC, han contribuido a dar un vuelco a las tradicionales hipótesis bereberes-saharianas, llegando a la siguiente conclusión: el poblamiento de las Islas Canarias fue protagonizado, antes del cambio de Era, por mercaderes y navegantes fenicio-púnicos y a partir de ese instante por gentes romanas o romanizadas procedentes, en ambos casos, del denominado “Círculo del Estrecho” (sur de la Península Ibérica y noroeste de África). En consecuencia, se trataría de un proceso integrado en los fenómenos culturales, políticos y económicos que se sucedieron en el Mediterráneo occidental durante la Protohistoria y la Antigüedad.
El grupo de investigación G9 se constituye en la ULPGC. Está integrado por historiadores y economistas pertenecientes a distintas áreas de conocimiento, interesados por el estudio de los componentes económicos y sociales de las culturas humanas. De las diferentes líneas de investigación en las que desarrollan su trabajo, el área de Prehistoria dirige su interés hacia el análisis de procesos y modelos de colonización en medios insulares y más concretamente a la determinación del cuándo, el cómo y el por qué del descubrimiento y establecimiento de grupos humanos en Canarias. También se interesan por la manera en que se produjo la adaptación a las islas de las primeras sociedades que se constituyen en el archipiélago y de cuáles fueron las consecuencias de ese fenómeno de adaptación desde el punto de vista cultural, antropológico y medioambiental. Es esta una vía de trabajo en la que el área de Prehistoria del G9 coincide y colabora con distintos especialistas de las universidades de La Laguna y Alcalá de Henares, el Museo Arqueológico de Tenerife y el Instituto Canario de Bioantropología.
“La constatación arqueológica de la presencia de elementos materiales e infraestructuras púnicas y romanas en diferentes puntos del archipiélago ha dado un vuelco importante a la visión histórica que poseíamos de Canarias”, explica Pablo Atoche, Vicedecano de Ordenación Académica de la Facultad de Geografía e Historia de la ULPGC y prehistoriador integrante del G9.
Aunque los trabajos de investigación en torno a la colonización prehistórica de islas arrancan desde el nacimiento de la Universidad de Las Palmas de Gran Canariaanda, no fue hasta el año 1995 cuando se comienza a gestar una nueva hipótesis de trabajo en torno al comienzo de la presencia humana en Canarias y su vinculación a la cultura fenicio-púnica y romana asentada en el norte de África. El punto de partida lo marca la publicación en ese año de una serie de hallazgos arqueológicos registrados en Tenerife y Lanzarote y la posterior reinterpretación de diferentes elementos ya conocidos que permitieron afirmar la presencia de representaciones de la diosa fenicio-púnica Tanit y de la deidad de origen egipcio Tueris o de representaciones grabadas de naves de tipología greco-romana en El Cercado (Garafía). De todos ellos destaca sin duda la denominada “Piedra Zanata”, un objeto pétreo pisciforme con diferentes motivos grabados y un texto epigráfico de carácter líbico-bereber, relacionada con la presencia de navegantes fenicio-púnicos y con prácticas de culto asociadas a actividades volcánicas.
Todos estos objetos posibilitan ampliar la vinculación cultural y económica de las islas con las culturas mediterráneas de la Antigüedad desde el inicio de su colonización hasta el siglo III de nuestra Era.
Canarias enclave estratégico
La tesis acerca de la presencia de colonizadores fenicio-púnicos y romanos en Canarias llega a la conclusión de que “nuestro archipiélago se encontraba en una posición favorable de cara a la explotación de una rica zona económica”, explica Pablo Atoche, quien se inclina a argumentar que las primeras islas en colonizarse debieron ser Gran Canaria y Tenerife, basándose para ello tanto en los datos arqueológicos disponibles como en la posición central que ocupan con respecto a las restantes islas y sobre todo por la mayor amplitud y variedad de recursos naturales de que disponían. Para los mercaderes fenicio-púnicos Canarias debió constituir un enclave estratégico no sólo por sus riquezas naturales sino también por su posición de cara al aprovechamiento económico de los recursos de la costa noroccidental de África.
El área de Prehistoria del G9 trabaja la hipótesis de que a partir del siglo III de nuestra Era la crisis económica que afectó al Imperio romano repercutió en el proceso de colonización de Canarias, hasta el punto de que los fluidos contactos que hasta entonces existían con las culturas mediterráneas se interrumpieron, a semejanza de lo que sucedió con toda una serie de enclaves comerciales establecidos a lo largo de la costa del actual Marruecos. El abandono de las islas inicia una etapa de aislamiento que se prolonga hasta el siglo XIV responsable de la constitución de las denominadas “culturas canarias aborígenes” que soportarán la conquista normando-castellana del siglo XV.
Transformación del medio natural
Pero además, Pablo Atoche señala que el desarrollo de la citada línea de trabajo “ha permitido registrar las primeras evidencias de las transformaciones que produjo sobre los ecosistemas insulares canarios y sobre los propios protagonistas de la colonización su establecimiento en las islas”. Sobre los paisajes insulares canarios, inicialmente desprovistos de grandes herbívoros, los efectos de la actividad humana, centrada en la implantación de rebaños domésticos y actividades agrícolas, constituyó un auténtico trauma para la cubierta vegetal y los paleosuelos.
En opinión de Pablo Atoche “los territorios insulares constituyen adecuados terrenos de experimentación de cara al estudio de procesos culturales, al permitir testar los modelos observados en situaciones continentales”. En la actualidad, el área de Prehistoria del G9 basa sus estudios en un acercamiento a la realidad de las sociedades humanas, insulares o no insulares, pero caracterizadas por su aislamiento y fragmentación, por constituir islotes culturales en los que los procesos de difusión fueron muy limitados.
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