PIRATA

Mejoraste y aunque no jugabas con tus hermanitos, si los observabas en sus correteos, saltos, volteretas, y tu siempre acurrucado en cualquier lugar del jardín o junto a tu madre que te mimaba y te relamía.

Ayer a las 4 de la tarde habías caído a la acera, solo pude apreciar tus huesesitos .....tan chiquitito que eras… luego te puse junto a tu madre.

Eras tan pequeño, casi llevabas dos días sin comer. Ayer, te tome en la palma de mi mano y te di de comer, quisiste solo un poco de gelatina y carne, estabas en los huesos, daba penita verte.

Mi pequeño “Pirata”, esta mañana, te buscaba, te tenia a mis pies y no te veía, de repente te vi, acostadito de lado, junto a una pequeña flor que le llaman “siempre viva”, ¡que paradoja!, pensé “esta muerto”, me fije bien y respirabas, te intente incorporar, te ladeaste y volviste a caer, entonces empezaste a gritar y chillar de una forma tan dolorosa….., chillidos tan tremendos, que quede sobrecogida, porque era cruel ese sufrimiento, entonces me acorde que había visto al jardinero y salí a buscarlo y le pedí que hiciera algo, rápido, que yo no podía, él me dijo, quédate ahí, sentí un golpe y todo quedo en silencio, ya solo, el silencio, mas allá, en el mismo jardín, tu madre y hermanos, ajenos a todo, comían desesperadamente.

Lamento, haberte prolongado la agonía, lamento, haberte forzado a vivir, curarte día a día, quizás no debí tomarme ese derecho, para después, tener también el de quitarte la vida, solo que hoy lo estabas pidiendo a gritos, de no haber tenido a nadie yo misma lo hubiese hecho.

¡Lastima!.. de los humanos que queremos hacer eterno lo que por naturaleza tiene su fin y a pesar de todo no puedo evitar estar triste, la lógica no va a la par del corazón.

En el Jardin, la vida continuará, pero formas parte de él, así somos los humanos, cuando alguien que queremos se nos va o esta lejos, su lugar siempre permanece inalterable, maduran los frutos, van y vienen primaveras, pero el lugar de cada uno permanece, al menos en mi corazón.